Pero, a su vez, dispone de un papel específico dentro del ámbito empresarial, ya que regula su funcionamiento interno, su relación con otros negocios y su cumplimiento de la ley. Por tanto, es un apoyo legal indispensable para toda compañía.

Dentro de esta disciplina es necesario diferenciar entre dos entidades: el empresario como persona física y la empresa como entidad jurídica con carácter económico. En toda empresa se llevan a cabo multitud de procesos, por eso es necesario externalizar el apoyo legal para hacerlo más eficaz y certero.  Además, las relaciones con la competencia son muy variadas dentro de la realidad interempresarial. Eso hace necesario defender los intereses del negocio frente a prácticas lesivas comunes, como la competencia desleal o los plagios. En este sentido, también se gestionan los contratos entre compañías y proveedores.

El derecho mercantil también tiene un rol de asesoramiento fundamental. Muchas veces es necesario revisar los contratos para corroborar que estos se ajustan a la legalidad. Además, se debe proporcionar una defensa legal en caso de conflicto con los trabajadores o de reclamaciones de cantidad.  Cabe destacar que esta rama del derecho se ha consolidado como básica para una plena seguridad empresarial. En la gestión de un negocio hay operaciones vitales para su expansión, como la adquisición de otras entidades, y ante estas situaciones es primordial revisar los contratos y contar con una sólida representación legal.

En conclusión, el derecho mercantil permite que las empresas puedan funcionar sin contratiempos legales de ningún tipo y con plena seguridad. Así se potencia su desarrollo ágil, proporcionándoles una cobertura jurídica eficiente y duradera. Sin duda, un abogado especialista en derecho mercantil es fundamental en un mercado tan competitivo como el de hoy en día.